En los últimos tiempos el tomate ha sido maltratado hasta tal punto que encontrar un tomate de verdad, con el sabor auténtico de antaño, se ha convertido en toda una aventura.
El gran consumo no siempre favorece al producto y con el fin de abaratar costes y aumentar la producción, en muchas ocasiones se ha alterado su proceso natural de maduración.
Los tomates necesitan sol por eso su temporada de esplendor es en verano, aunque en mayo ya podemos disfrutar de algunas variedades como el Marmande; crujiente e ideal para ensaladas, en junio tenemos el tomate pera y los tomatitos Cherry; muy dulces y buenos para consumir crudos o cocinados. Con San Juan llega el Beef Tomato, un tomate enorme y carnoso, parecido al Corazón de Buey que aunque menos compacto, también es de gran tamaño, dulce y carnoso.
Uno de los más sabrosos y mejores para comer en crudo es el tomate Muchamiel, se trata de una variedad muy antigua cultivada en Elche por Santiago Orts, biólogo y Premio Nacional de Gastronomía a la Investigación por la Real Academia Española de Gastronomía.
Los famosos tomates de Monserrat llegan a finales de julio y son perfectos para preparar rellenos ya que son huecos por dentro como el Pata Negra del L’Hort de les Flors del Maresme barcelonés. Este tomate es grande, carnoso y de piel fina, ideal para ensaladas y conservas. También hay que esperar a julio para disfrutar del tomate Rosa Lleida, suave y rosado, que crece en los terrenos de Cal Peretó (Tudela de Segre) y los de Barbastro, grandes, dulces y carnosos. Y en agosto cierran la temporada el de colgar, dura hasta octubre y que se pueden conservar hasta diciembre.
Siempre fieles a nuestra filosofía en Genuinus nos hemos asociado con productores que sólo utilizan métodos tradicionales que no alteran el sabor ni la apariencia de sus tomates. Sólo así, es posible disfrutar de los tomates más frescos y sabrosos.