La col lombarda o repollo morado ya fue cultivada por los egipcios 2500 años a.C. y mas tarde por los griegos. Los antiguos romanos la utilizaron también como medicina para curar a los soldados y en la Edad Media esta hortaliza era considerada como ´el médico de los pobres´ por su alto contenido en vitaminas, sales minerales y azufre.
Es rica en compuestos de azufre, vitamina C y ácido cítrico, y de una gran cantidad de fibra, lo que le confiere propiedades laxantes. Además es fuente importante de antioxidantes: beta-carotenos o provitamina A, vitamina C y compuestos sulfurosos.
El consumo de crucíferas se ha asociado con un menor riesgo de sufrir tumores malignos por la presencia de fibra y vitamina C que ejercen un efecto sinérgico en la protección contra agentes cancerígenos. También contiene flavonoides que parece disminuir el crecimiento de algunos tipos de cáncer.
No se recomienda a personas que presentan problemas intestinales y malas digestiones, ya que pueden producir flatulencias y problemas digestivos.
A la hora de cocinar la col lombarda, ten en cuenta que necesita más tiempo de cocción que otras coles; si la preparas de forma convencional, necesitará 1 hora en agua hirviendo con sal, pero si lo haces en olla exprés, con 20 minutos será suficiente.
Para que conserven su vivo su color característico; morado o rojizo, déjalas reposar unos minutos dentro del agua de cocción.
Prepara un sofrito con ajo y añade pera o manzana y frutos secos que le van de maravilla a esta col propia del invierno.
Fuente: “5 AL DÍA”