Recomendaciones dietéticas: ¿precisas y actualizadas?

Las recomendaciones dietéticas varían de un país a otro ya que en la alimentación tenemos que tener en cuenta la influencia de distintos factores (culturales, económicos, políticos…) que impiden establecer un modelo único. En este enlace se muestra una comparación entre las distintas guías alimentarias y cómo cambian de un país a otro

 Hasta que se crea una guía alimentaria se tienen que tener en cuenta elementos como: los problemas concretos de cada país en materia de salud que pueden tener correlación directa con la dieta, los patrones de consumo, los nutrientes importantes para la promoción de la salud pública… Toda esta información recogida debe ser transformada en un mensaje claro, fácil de transmitir y entendible para la población general. Nacen, por tanto, las pirámides de alimentos que pretenden transmitir gráficamente de manera clara las recomendaciones generales de alimentación.

 En el caso de España, la pirámide más actualizada es la pirámide Naos que se fundamenta en la dieta mediterránea como propuesta de modelo alimentario y en la promoción de un estilo de vida activo. Para ello se divide en tres estratos de diferentes colores asociados a su frecuencia de consumo siendo mayor en la base y menor en la cúspide tal y como muestra la imagen:

PiramideNAOS1-2

También se hace una indicación de la frecuencia de consumo de cada grupo de alimentos tal y como se refleja en la imagen:

FRECUENCIA DE CONSUMO ALIMENTOS NAOS

SE PUEDE GENERALIZAR CUANDO SE HABLA DE NUTRICIÓN?

 El objetivo clave de la creación de estas guías es el de la prevención de enfermedades ligadas de manera directa o indirecta con nuestro estilo de alimentación.

 Resulta práctico especificar tanto frecuencia como raciones de cada grupo de alimentos puesto que permite, a nivel doméstico e incluso institucional, organizar los menús. Sin embargo, ¿hasta qué punto estas recomendaciones se adaptan a la evidencia científica? ¿Puede existir algún tipo de influencia por parte de la industria sobre las mismas?

 Hay que tener en cuenta que estas recomendaciones se hacen por consenso científico. Consensuar, según la Real Academia de la Lengua Española es “ adoptar una decisión de mutuo acuerdo entre dos o más partes” Sin embargo, la toma de decisiones puede estar influenciada por factores como el conocimiento de los miembros, la fuerza de las pruebas aportadas o incluso, los intereses particulares. No se puede afirmar, por tanto, que las recomendaciones sean rigurosas científicamente pero a día de hoy, son las que se promocionan en campañas de educación nutricional, se estudian en las universidades, se transmiten en las consultas o se utilizan por la publicidad para promocionar un determinado alimento.

 Para evitar tiznar estas recomendaciones de anticuadas o sesgadas sería clave que estas fueran independientes, flexibles y contaran con apoyo individualizado

  • Independencia. El hecho de que las organizaciones responsables de emitir dichas recomendaciones reciban contribuciones de la industria puede que no las invalide completamente pero sí hará que pierdan objetividad. Es cabal y muy humano no morder la mano que te da de comer.

  • Individualización. Las recomendaciones son indicaciones generales pero, como he mencionado antes, la nutrición no es una ciencia exacta y cada persona tiene unas necesidades diferentes que deberán ser revisadas y atendidas por un profesional de la dietética y la nutrición. Profesional que ahora mismo no tiene cabida en el sistema sanitario español.

  • Flexibilidad. La ciencia cambia a ritmo vertiginoso por lo que no es de extrañar que estas recomendaciones queden desfasadas en muy poco tiempo. Se requiere de un sistema dinámico que permita seguir este paso acelerado.

  •  Y MIENTRAS…¿QUÉ HACEMOS?

     ¿Quimera?¿Entelequia?¿Utopía? Puede, pero hasta que eso suceda, si es que sucede… ¿con qué nos quedamos?

     Lo ideal sería poder ser más exactos y poder especificar cantidades, frecuencia, etc pero lo cierto es que esto es imposible. Teniendo en cuenta el cómputo de factores diversos que influyen sobre la alimentación, a los que además habría que añadir la propia diversidad interpersonal, resulta inviable poder concluir con una fórmula precisa y concreta para todos. Es vital, por tanto, que recurramos a orientaciones más o menos imprecisas teniendo en cuenta la velocidad con la que cambia día a día la nutrición.

     Por tanto, aun a riesgo de parecer difusa podemos hacer las siguientes indicaciones generales:

    • Entiende tu alimentación como un todo: la dieta es un cómputo global. No hay ningún alimento imprescindible para la dieta y sin el que la salud se deterioraría. Partiendo de esta base, aunque haya alimentos que se vendan como la panacea por las propiedades que contienen (se me vienen a la mente las bayas de goji, por ejemplo, entre otros muchos que seguro habréis oído ya como esos de cuyo nombre no quiero acordarme y que tengo que tomar antes de salir de casa para proteger mis defensas…) desconfía.

    • Fundamenta tu alimentación mayoritariamente en alimentos de origen vegetal (verduras, frutas, hortalizas, legumbres y cereales integrales) mínimamente procesados y estacionales, preferentemente frescos. Una baja ingesta de frutas y hortalizas se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, cáncer, diabetes tipo II, sobrepeso y obesidad. La OMS apunta, además, que el consumo mínimo recomendado para su prevención es de 400g de frutas y hortalizas al día.

    • Utiliza como grasa de consumo y cocinado preferente el aceite de oliva virgen extra. También podríamos englobar dentro de grasas saludables los frutos secos y el pescado.

    • Disminuye el consumo de alimentos superfluos (snacks salados, bollería, dulces, chocolates…) Resulta más complicado explicar qué es una dieta equilibrada que la que no lo es. Por tanto, la abundancia de “calorías vacías” en nuestra alimentación no son compatibles con una alimentación saludable. Procura que su consumo sea muy puntual.

    • Utiliza como bebida habitual el agua. Cumplirá con la función de hidratarte sin aportar calorías extra y sin implicar un riesgo innecesario como sucede con el alcohol.

    • Sigue un estilo de vida activo. Practica ejercicio físico con regularidad y elige actividades alejadas del sedentarismo como ver la televisión, jugar al ordenador o a la videoconsola.

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Acerca de Naira Fernández

Soy Diplomada en Nutrición Humana y Dietética y Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (UCM) con Máster en Dirección y Gestión de la Calidad y del Medio Ambiente (Universidad de Murcia). Creo que transmitiendo un correcto mensaje en nutrición a la población se pueden prevenir multitud de enfermedades hecho que me llevó a crear mi propio blog (una pizca de vida) y a estudiar el Máster en Profesorado de Educación Secundaria, Bachillerato y FP (UNIR) para formarme como educadora. Actualmente me puede encontrar en www.centronutricionpalma.com